Hola a tod@s. Aquí pueden seguir leyendo el siguiente capítulo del Relato escrito por Almudena L. Bruñas.
La desaparición de la nieta de un capo de la Cosa Nostra, en Nueva York, lleva a un grupo de personas dispares, a buscar en los ambientes más sórdidos y desconcertantes de esta gran urbe.
Una asesina huída de la Yakuza, un buen hombre con una mala vida y un casanova, unen sus propias experiencias y tendrán que aprender a trabajar juntos, en una búsqueda contrarreloj. Pero los fantasmas del pasado siempre vuelven para recordar quienes somos.
Los protagonistas deben llegar a lo más hondo del abismo para encontrar respuestas, pero una vez allí, sólo encontraran más preguntas.
Si queren leer el relato desde el principio, pueden pinchar aquí, o bien ir a la página de relatos.
Así comienza el segundo capítulo «La Gata sobre el Tejado de Zinc»:
«Estaba sentada en un banco de madera bajo un viejo pino en Central Park. Esperaba la llamada de su contacto en una de las familias italianas de la ciudad, ellos casi nunca tenían contacto con los Yakuza, y eso le aportaba bastante seguridad. Los únicos tratos que había tenido con los japoneses en un año habían sido por trabajo; y claro, después de su encuentro no habían podido ir a decirle al consejo de Tokio que ella estaba en Nueva York.
Se rió para sí, observó los patos de la laguna cercana que comían pan duro en la orilla. Estaría bien reencarnarse en un pato, todo el día nadando, y sin más preocupaciones que la limpieza de tus plumas y los casuales cazadores. A lo mejor se parecía más a los patos de lo que pensaba…»
– Los desafortunados no son más que una referencia para los afortunados, señor Fisher. Usted es desafortunado para que yo sepa que no lo soy. Por desgracia los afortunados no se dan cuenta de que lo son hasta que es tarde. Por ejemplo usted, ayer estaba mejor que hoy, pero hacía falta lo de hoy para que se diera cuenta. En cambio, hoy ha llegado y… ya es tarde ¿entiende?. La gente no se contenta con lo que tiene. Siempre quiere lo que tenía o lo que tiene otro.