Sentada en la cama, analizaba sus acciones. Replegada sobre sí misma con los ojos extraviados se preguntaba en qué momento había cambiado.
La casa estaba vacía, libre de llanto, pero también de satisfacciones. ¿Cuándo se había convertido su vida en una lucha de poder? ¿En qué momento había perdido la pugna?
Esperaba una llamada que la sacara del ensimismamiento y la pesadumbre. La señal que necesitaba para recomponer los pedazos a los que se aferraba desesperada. Tenía razón: era la única culpable.
Sonó el timbre de la puerta y su corazón saltó de júbilo; volvería a llenar la casa de esperanza.
Chan… sorprendente, es diferente a todo lo que había leído de ti antes 🙂 Me gusta, al final, como todo lo tuyo tiene un atisbo de esperanza, pero es muy triste 😦
Un beso gordo
Bueno hay comentarios para todos los gustos. Y creo que no voy a explicar mi propia opinión sobre lo que había detrás de esa puerta. Sólo un apunte, si crees en algo, lo tienes o lo eres; y si piensas en futuro, este nunca se cumplirá.
Ahí queda 😀
Chan… sorprendente, es diferente a todo lo que había leído de ti antes 🙂 Me gusta, al final, como todo lo tuyo tiene un atisbo de esperanza, pero es muy triste 😦
Un beso gordo
Se volvería a llenar la casa de Esperanza….se volvería? En realidad, cuando ella sabía que era la culpable…
Quien llegaba con Esperanza o era ella misma la que había tocado el timbre?
Me ha gustado y mucho tu relato, las puertas y esos finales rematan sentimientos profundos, muy profundos…
La puerta… ¿Y qué habría detrás? ¿Las esperanzas con la maleta que vienen a quedarse? ¿Quizá sólo el cartero…?
Me gusta la expectativa de la puerta, sí. Y el relato en su conjunto.
Saludos.
Pablo.
abrí la puerta y no había nadie
tan solos el resto del mundo y yo
El resto del mundo…. las posibilidades infinitas 🙂
Bueno hay comentarios para todos los gustos. Y creo que no voy a explicar mi propia opinión sobre lo que había detrás de esa puerta. Sólo un apunte, si crees en algo, lo tienes o lo eres; y si piensas en futuro, este nunca se cumplirá.
Ahí queda 😀
Rara la vida que puede cambiar tanto en el momento en que una puerta te habla: «ding dong»
Buen texto. Seguiré leyendo tu blog. Gracias por Visitar y comentar el mio. Saludos! 🙂
Me encantó, me encantó. Me has dejado sin palabras pero enormemente maravillada.