Había una vez una princesa que vivía en un palacio muy grande. El día en que cumplía trece años hubo una gran fiesta, con trapecistas, magos, payasos… pero la princesa se aburría. Entonces apareció un enano; un enano muy feo que daba brincos y hacía piruetas en el aire, el enano fue todo un acontecimiento.
–¡Bravo, bravo! – Decía la princesa aplaudiendo y sin dejar de reír.
Y el enano contagiado de su alegría, saltaba y saltaba, hasta que cayó al suelo rendido.
– ¡Sigue saltando, por favor¡ – dijo la princesa. Pero el enano ya no podía más. La princesa se puso triste y se retiró a sus aposentos.
Al rato, el enano, orgulloso de haber agradado a la princesa, decidió ir a buscarla convencido de que ella se iría a vivir con él al bosque. “Ella no es feliz aquí” pensaba el enano.«Yo la cuidaré y la haré reír siempre”
El enano recorrió el palacio buscando la habitación de la princesa, pero al llegar a uno de los salones vio algo horrible. Ante él había un monstruo que lo miraba con ojos torcidos y sanguinolentos, con unas manos peludas y unos pies enormes.
El enano quiso morirse cuando se dio cuenta de que aquel monstruo era él mismo, reflejado en un espejo. En ese momento entró la princesa con su séquito.
–¡Ah, estás ahí!, ¡qué bien! Baila otra vez para mí, por favor.
Pero el enano estaba tirado en el suelo y no se movía. El médico de la corte se acercó a él y le tomó el pulso.
– Ya no bailará más para vos, princesa – le dijo.
– ¿Por qué? – preguntó la princesa.
– Porque se le ha roto el corazón
Y la princesa contestó:
– De ahora en adelante, que todos los que vengan a palacio no tengan corazón.
Oscar Wilde
Ya decía q me sonaba de algo… Tamos positivos, eh??
Me gusta mucho tu sitio, en él puedo encontrar fragmentos de obras y me animan a buscar los libros, por eso te estoy agradecida.
Te puedo hacer una pregunta: ¿cómo pusiste el cuadrito de «pensamientos»? Lo he estado buscando en «diseño» y no lo encuentro.
Gracias por visitar «después de asturias»
por qué creer en los espejos?
que crean ellos en nosotros!
Lo mejor sería ser como drácula, no reflejarnos y ya.
Ana, para poner el cuadro vas a Diseño/Widgets/texto que es una de las opciones que hay. Después de crearla le das a editar (en la misma pestañita que te sale) y le pones el texto que tu quieras. Lo que yo me he vuelto loca buscando es un Widgets que me permita poner imágenes. Si sabes algo pues te lo agradecería jejeje.
Y con respecto a los espejos, quitando los espejos de feria que deforman el reflejo, ellos no mienten… el que miente es el cerebro, que se encarga de reinterpretar lo que percibe. Así que, como cambiarnos el cerebro es muy dificil, pues mejor ser drácula como dice Kiram jajajaja 😀
Sólo decir que la princesa me parece una sádica, porque con semejante carácter bipolar está claro que no quedó apenada por el cansancio del bufón, si no porque se le terminó la diversión… En cuanto a los espejos… No tengo nada bueno que decir de ellos…
Espejos… me da gusto no mirarme en ellos…
Corazón… me alegro de no tenerlo, aunque muchos digan que sí.
P.S. Te agregué a mi blogroll 😉
Me gusta lo de Buda 🙂
Kaze, no te acuerdas de mí grfs… por cierto t debo 20 l´euros
De ahora en adelante, que todos los que vengan a palacio no tengan corazón…
Parece un buen mandato pero viene lleno de soledad. ¡Arriba los corazones!