Mahler: Symphony 5. IV. Adagietto – Herbert von Karajan
Mi señora, estoy bajo su dominio,
Y soy por vuestra meced glorificado.
Atesoraré eternamente ese don preciado,
Y Ante vuestra beatitud rendido,
Seré de esa llama sagrada, el cirio,
Hasta que por ella sea consumido.
Y aún a viles cenizas reducido
Polvo seré, mas seguiré amando
Aunque no quede de mí vestigio
Ni en la memoria, ni en el olvido.
Por Arminda C. Ferrera