Otoño Medieval – Rata Blanca
El viento gélido arrecia en la frontera
Paciente, aguardando el instante concreto
Sin flaquear ni un solo momento;
Incansable como las olas
Que Asedian la tierra,
Que Azotan embravecidas su costa.
Caerán las hojas doradas
Que despiden al extenuado verano
Y la fría luz extendiendo sus brazos,
Apagará el acelerado latido
Que lucha por mantener al corazón cálido
Por Arminda C. Ferrera
Aunque el viento sople gélido, el corazón siempre se mantendrá cálido… siempre que el corazón se deje, claro 😀
Me encanta, llegas a sentir el viento en la cara, y las gotas de agua salada mojando poco a poco la cara.
Felicidades maettra 😀
Besitos!
Mi estación favorita… Será por eso que me parece precioso tu poesía 🙂
😛 Aunque realmente me gusta porque eres un crack companiendo poemas 😀
Gracias por los halagos, me van a sonrojar
Me encanta la palabra «embravecida»… Tiene un lindo sonido y, además, denota pasión, fuerza, entrega… Queda muy bien en tu también bello poema, eriandes.
😀 Pues sonrójese usted, porque tiene que estar orgullosa de su trabajo 😛