No son las distancias las que nos convierten
En islas; si estas se volatilizaran de repente,
Si el mar, acaso, se convirtiera en arena
En la cual las pisadas quedaran impresas;
Si las aguas se congelaran en caminos
y las fronteras solo fueran mitos…
Aún quedaría traspasar el obstáculo más difícil:
Nosotros mismos
Por Arminda C. Ferrera