“¿Te parezco un sádico?… vaya, apuesto que ahora mismo se podría freír un huevo sobre tu cabeza… si quisiera. Verás peque… quiero creer que eres consciente, incluso ahora, de que no hay nada sádico en mis acciones. Bueno puede ser que en esos otros cerdos, pero no contigo. No peque, en este momento lo que soy es de lo más masoquista”