La Leyenda del Beso
Quien sois señor, bien presente lo tengo
Y por ello no quiero jugar con fuego;
Pues usted como la esplendente llama
Es a la polilla, que de lejos la ama
Mas al acercarse le quema las alas.
A su paso languidecen las damas,
Se desmayan al faltarles aliento
Si creen ver en usted algún sentimiento.
¿Me reprocha a mí que tenga reparos?
¿Y que con solo unas dulces palabras
Sin más he de mi corazón entregaros?
El viento pudiera influir pronto en ellas.
Seré deslenguada y bruja, caballero,
Mas no me considero una ignorante
Al decir que el amor no es constante.
Y de él y usted me guardo con esmero.
Quédese con su porte, con su dinero,
Y ascendencia, nada de ellos quiero.
¿Queréis unas pruebas sobre mi afecto?
Dadme las mías y os dejaré contento.
Por Arminda C. Ferrera
En respuesta al poema «Doña Inés»
De Almudena L. Bruñas
Alaaaaaa, alaaaaaa, rompeboquisssmoo xD No se baja del burro, eh?? El pobre caballero le pide unas palabras de afecto y se encuentra con un puño en la boca del estómago… Jejejeje.
Ah es que solo pedía unas palabras de afecto? ups! bueno a ver cómo termina. jejejejeje
está loquita por vos…
Pingback: Prenda del amor. (Diálogos cruzados) « Kiram
Bueno, bueno, el caballero ya ha hablado, veremos si la dama recoge el guante 😛
Lo recogerá porque tales pruebas son irrefutables… 😉
Jajajaja, bien, bien, 😀
Estos diálogos cruzados no paran de crecer en intensidad y mejorar, sois geniales y nos teneis atrapados.
Excelente.
😀