Los segundos a paso tortuga se ponen a debatir si ir a la derecha o a la izquierda en su devenir circular (aunque para ellos, la percepción les decía que era una línea recta con sólo dos direcciones posibles):
– Un pasito pa’lante, dos pasitos pa’trás
– No, no, no… uno pa’lante y otro pa’tras. Es más divertido
Mientras ella miraba con desesperación, con ojos desorbitados, ajena al holgorio y a la despreocupación de las manijas del reloj de la pared de su despacho, en el trabajo, en la última hora de la semana de su horario laboral.
– ¿Será esto la eternidad, o el infierno…?
Si te fijas, te darás cuenta de que el minutero se ha bajado a la cafetería a echarse un café, y al patio a fumarse un cigarro. Ya verás, junto con Manolo.
En esos momentos es el infierno eterno…. xD
P.D. Dile a tu jefe que le cambie las pilas al reloj!
No es tanto de las pilas del reloj, sino de la mala costumbre del tiempo a hacer lo que le da la real gana
como mínimo que tenga la decencia de hacerlo cuando no miramos el reloj, como hace siempre.
Es que los relojes del trabajo tienen poca decencia y respeto, son unos holgazanes.
Solo les falta hacerte burlas y pedorretas
Si te fijas, te darás cuenta de que el minutero se ha bajado a la cafetería a echarse un café, y al patio a fumarse un cigarro. Ya verás, junto con Manolo.