– La vida no es fácil – dijo con pesadumbre-.
– No es que no sea fácil, es que es fascinante – le respondió mientras salía de la habitación arrastrando los pies, con la espalda dolorida y con un remeneo interesante al caminar-.
El primero, cuando se quedó solo, se sentó donde pudo impresionado por la afirmación.
El segundo, mientras se marchaba pensó el porqué dijo aquello a un desconocido; decidió no darle más vueltas.
«La vida no es fácil, es que es fascinante». Irónicamente el extraño nos ofrece el rincón de confianza que usualmente no encontramos en los más cercanos.
se es más sincero con desconocidos, porque al día siguiente (en el trabajo, en la cena, en la cama) no tienes que ver reflejado en su cara lo que saben de ti.
Jajajaja, el segundo tenía razón xD Además hay veces que somos más sinceros con los desconocidos que con la gente que conocemos xD
Puede ser que preferiramos la sinceridad con los extraños, quizás hay menos que perder.
«La vida no es fácil, es que es fascinante». Irónicamente el extraño nos ofrece el rincón de confianza que usualmente no encontramos en los más cercanos.
se es más sincero con desconocidos, porque al día siguiente (en el trabajo, en la cena, en la cama) no tienes que ver reflejado en su cara lo que saben de ti.
Muy cierto lo que dice VITTT !!! 🙂
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