“Ahora me demuestras lo cruel que has sido conmigo, cruel y falsa. ¿Por qué me despreciaste? ¿Por qué traicionaste a tu propio corazón, Cathy? Yo no tengo una palabra de consuelo. Tú te mereces esto. Tú misma te has dado muerte. Sí, ya puedes besarme y llorar y arrancarme besos y lágrimas: te abrasarán… te condenarán. Tu me amabas, entonces, ¿qué derecho tenías para sacrificarme, qué derecho, responde, al pobre capricho que sentías por Linton? Porque miseria, degradación, muerte, nada que Dios o Satanás nos pudiera infligir nos hubiera separado, tú, por tu propia voluntad lo hiciste. Yo no he destrozado tu corazón, tú lo has destrozado, y, al hacerlo, has destrozado el mío. Tanto peor para mí que soy fuerte. ¿He de querer vivir? ¿Qué clase de vida será cuando tú?… ¡Oh Dios! ¿Te gustaría vivir con tu alma en la tumba? [ …] Te perdono lo que me has hecho. Amo a mi asesino, pero al tuyo ¿cómo puedo amarle?”
Heathcliff a Catherine
Pingback: Bitacoras.com
Querida, paso a anunciar que me mudo a blogspot. Asunto de cambiar de aires, llámele. Y nuevos proyectos también.
http://elhuevomundano.blogspot.com
Serás muy bienvenida, como siempre. Y lo de las subordinadas definitivamente lo tomamos en cuenta. He estamo experimentando bastante estos días.
Abrazos desde el sur del mundo,
E.
Ay Heathcliff… no era un santo varón precisamente… pero, ay…
del twitter de catherine:
…y todas las noches rezo para no morir antes que él, para no darle ese disgusto.
EMILY BRONTË
(Cumbres Borrascosas)