– Te quiero tanto que no permito que nadie te haga sufrir… ni siquiera yo – le dijo cuando destrozó su corazón
diálogo
Sobre las evidencias
Sobre la complejidad del ser humano
– He cogido peso, tengo que ponerme a régimen – dice la persona A mientras saborea una copa de Homenaje al Chocolate ( que lleva mus de chocolate, chocolate negro, chocolate blanco, brownie de chocolate y demás tipos de chocolate que que puedan caber en una copa de helado extra grande) – Por no decir que estoy como una foquita monje… – y sigue paladeando el postre sumida en un éxtasis profundo.
– ¿Tú estás gordo? Eso no es nada, yo sí que estoy como una vaca… – ante la impasibilidad de su interlocutor, rauda se levanta algo la blusa dejando al desnudo su línea de flotación, es decir, su michelín lustroso – mira, mira… – y para dar mas peso a sus palabras estruja con sus manos la carne que le sobra por encima del pantalón.
–… – la persona A observa a su esforzado compañero pero no dice nada-.
–… – La persona B la mira con algo de recelo esperando la respuesta de cortesía…
– Tienes razón, estás inmenso…
Pero esa no era la respuesta correcta…
Por Arminda C. Ferrera
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