«Extendiste la mano y me mostraste la pieza esencial de este puzzle desordenado a medias inconcluso, desconocido a medias. Con ella la esperanza volvió a formar parte de la imagen que resultara»
Yin Shaigorn
«Extendiste la mano y me mostraste la pieza esencial de este puzzle desordenado a medias inconcluso, desconocido a medias. Con ella la esperanza volvió a formar parte de la imagen que resultara»
Yin Shaigorn
El Cuervo
Femme Fatale Desktop by Stuntkid
Je ne veux pas travallier – Pink Martini
Con una solitaria copa de líquido ambarino con dos piedras de hielo a medio derretir en la barra de un bar, las uñas pintadas en rojo sangre… seguramente por arrancarle el corazón a los hombres, acerca el vaso a sus labios carmesíes mientras levanta el velo negro que ensombrece su mirada. Sentada en un taburete, mostrando con algo de provocación sus elegantes piernas cruzadas tras la abertura de la falda, acariciadas por una medias como humo y sus zapatos de tacón negro, la mantenía fuera del alcance de los mortales comunes.
Esperaba al hombre de sombrero de ala ancha y gabardina que fumaba Ducados… para que la invitara a un trago… un tipo duro al que no le quedara corazón que pudiera devorar. Pues inevitablemente un verdugo no tiene razón de ser si no posee una víctima a la que martirizar… y viceversa. De eso iba la historía: vestidos así no había otro fin posible…
Esa mirada persistía en mi recuerdo, reaparecía en el rostro de los extraños convirtiéndolos en familiares; y aún con los ojos abiertos, ya lúcida, la veía intuida en cualquier rostro… como cuando uno mira directamente al sol y su imagen perdura aún con los ojos cerrados, mucho tiempo después de que este haya desaparecido tras el horizonte.
Sombras en la niebla
© Valentina Fontanella
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