Sobre las modas, las corrientes y el status quo

Caminando por la ciudad

«Hacer lo correcto» no tiene muchos seguidores. No es popular pues a veces va en contra de lo que está admitido o lo que se espera socialmente y aquel que osa cambiar el mundo a mejor, será perseguido, criticado y ridiculizado. Durante el proceso será un subversivo, luego, en el futuro un visionario; mientras tanto un loco peligroso o un idealista poco realista en el mejor de los casos.

Cuando se intenta cambiar el mundo, es fácil caer en la ira, en la desesperación y en la violencia como reacción a los factores contrarios. No se puede construir la paz, el respeto, … haciendo todo lo contrario. Por mucho que cueste, por mucho que lo sencillo sea dejarse arrastrar por la corriente, si queremos un futuro mejor hay que empezar por uno mismo y enseñar a los demás.

… Me aplico el cuento

Anoche

Anoche soñé que llorabas desconsolado y me desperté preocupada. A veces me pregunto cómo poder ayudar a alguien que casi no conoces pero que de forma natural nace la simpatía.

Me pregunto si al leer esto, reconocerás que hablo de ti y si alguna vez me dirás el porqué de tu tristeza.

Si hoy fuera mi último día…

Si hoy fuera mi último día de esta vida
Si no hubiera un mañana con este cuerpo…

¿Habría en mí remordimiento o pesadumbre, por las cosas que no hice, por las cosas que no dije….? ¿Qué es lo que prevalece en el último momento de la vida?
¿Qué es lo que realmente importa, además de tener una conciencia tranquila?

No es una pregunta vana, pues a ese paso, estamos todos invitados, espero que más tarde que temprano.

Hay que enfrentarse a ella con el corazón liviano. No sea que esos momentos se conviertan en el verdadero infierno.

En esos últimos instantes no hay matices, no hay excusas… y se anclan como una losa de 10 mil toneladas los miedos, el arrepentimiento, y el darse cuenta de lo ciegos que hemos andado por esta vida presente.

Hay personas que temen el castigo divino; sin embargo, temo más a mi conciencia porque, no podemos escapar de nosotros mismos. No hay juez más inflexible y que nos conozca mejor.

Quizás pueda parecer pesimista, o negativo… pero tal vez, es con esa clarividencia, con la que hay que enfrentar la vida y medir la importancia de las cosas.