Alicia en El País de las Pesadillas que se Cumplen

Escapar – Moby & Amaral

Alicia con problemas de crecimiento, a veces gigante y otras menuda, con el suelo perdido a los pies, intenta salir de la madriguera de conejos que está en El País de las Pesadillas que se Cumplen. ¿Alicia se hace grande o el agujero se hace más pequeño?
¿Por qué no respira? ¿Por qué no se mueve y las piernas no responden al impulso? Porque se ha transformado en papel. Se tragó la galleta que dice «come» y se ha convertido en una muñeca recortable en 2D, seccionada con la cuchilla del miedo. La nada suple los vacíos y se afila los colmillos en los filos… Alicia intenta mantener el equilibrio, como los trapecistas, en una cabeza de alfiler.
Se pellizca el brazo para ver si esa pesadilla termina, pero el abismo se hace más profundo.  Sus pensamientos van a mil revoluciones por segundo y ninguno es bueno. Tiene vértigo…  Sí, la mente sobre la materia, pero ¿si la mente está equivocada y precipita el cuerpo por el precipicio y no le puede parar? Estaría dispuesta a rogarle a la reina de corazones que le cortara la cabeza.

Muerde el hongo alucinógeno que le dio la oruga fumadora de María; total, ¿qué perdería, neuronas?.

Al fin despierta, para darse cuenta que pesadilla o no,  al menos tenía piernas.

Por Arminda C. Ferrera